Resultados del Estudio RESPIRA
Efectos a largo plazo de la COVID-19
Tras más de dos años de analizar los efectos a largo plazo, de la COVID-19 en la población general, investigadores costarricenses encontraron impactos duraderos de esta enfermedad, en la salud física y mental de personas que tuvieron la infección, como parte del estudio RESPIRA, el cual, dio seguimiento por dos años, a 3000 niños y adultos.
Los hallazgos revelan una reducción prolongada en la calidad de vida y la salud de las personas, evidenciada por secuelas como: mayores limitaciones físicas, reducción de la vitalidad y aumento del deterioro cognitivo (conocido como «niebla mental»).
Se determinó que las mujeres y las personas con casos graves de COVID-19, fueron las más afectadas por los impactos a largo plazo, experimentando consecuencias significativas y duraderas en su salud.
Este es el primer estudio en Costa Rica, que realiza estimaciones sobre los efectos a largo plazo de la COVID-19, en una muestra representativa de la población general.
“Los hallazgos son muy importantes, porque nos dan una idea sobre el verdadero impacto de la COVID-19 en la población, tanto en aquellos casos que no requirieron internamiento, como en personas que fueron hospitalizadas por la enfermedad. Este reporte es muy valioso y necesario, dado que las características de la pandemia en los países de ingresos bajos y medios, son distintas a lo que se observa en los países de ingresos altos. Asimismo, este tipo de estudios son relevantes para informar a las personas tomadoras de decisiones, sobre las potenciales cargas en el sistema de salud”, explica la MSc. Cristina Barboza Solís, docente e investigadora de la Facultad de Odontología de la Universidad de Costa Rica y colaboradora del Estudio RESPIRA.
Para determinar los efectos a largo plazo de la COVID-19, dentro del estudio RESPIRA, los investigadores analizaron los síntomas de 641 personas que tuvieron COVID-19 y
que no estaban vacunadas, así como a las 947 personas que no habían sido diagnosticadas con la infección, pero que tenían las mismas características de los casos positivos.
Las personas que tuvieron COVID-19, reportaron una mayor frecuencia de síntomas como dolor de articulaciones, opresión en el pecho y manifestaciones en la piel, entre los seis meses y los dos años después de la enfermedad. Estas sintomatologías fueron atribuidas a la COVID-19 y no a alguna otra patología.
“La infección se confirmó mediante pruebas de anticuerpos en muestras de suero, tomadas al momento de la inscripción en el estudio. Esta metodología comparativa entre casos y controles, fue la que nos permitió la atribución de síntomas e impactos duraderos en la salud, específicamente a la COVID-19, y no a otras condiciones de salud”, añade Barboza.
Este artículo científico fue publicado en junio 2024 en la revista BMC Infectious Diseases, bajo el nombre COVID-19 and Long-term Impact on Symptoms and Health-Related Quality of Life in Costa Rica: the RESPIRA Cohort Study.
Resultado Encuesta Hogares
Estudio de Hogares, realizado con familiares de algunos participantes del estudio RESPIRA, demuestra que cumplir con las medidas de prevención, disminuye la posibilidad de infección.
Para entender mejor cómo el COVID-19 se esparce dentro de los hogares, se realizó un estudio con 719 familiares de participantes del estudio RESPIRA. Parte de los hallazgos de este estudio, revela que, si todos los miembros del hogar adoptan las medidas preventivas, cuando hay una persona con COVID-19, la posibilidad de no enfermarse es alta, al ser de más del 95%.
Dichas medidas son el uso de la mascarilla, dormir en una habitación separada y evitar pasar tiempo junto a la persona infectada.
Dado que el virus continúa evolucionando, es importante mantener las medidas preventivas y completar los esquemas de vacunación.
Eficacia de la vacunación en Costa Rica
La vacuna contra el COVID-19 logró reducir, casi por completo, las hospitalizaciones y fallecimientos en adultos mayores.
Investigadores del estudio RESPIRA analizaron los registros de vacunación y hospitalizaciones del Ministerio de Salud, confirmaron que la vacunación de adultos mayores disminuyó, entre un 97% y un 100%, los fallecimientos por COVID-19, entre diciembre de 2020 y el 13 de mayo de 2021.