- Cáncer de cuello de útero y de mama, son las principales causas de muerte en mujeres de entre los 20 y 39 años.
La Dra. Loretto Carvajal, investigadora de ACIB-FUNIN, lideró un análisis exhaustivo sobre los 20 cánceres más comunes en adultos jóvenes de Costa Rica, abarcando los años de 2006 a 2015 para la incidencia, y de 2000 a 2021 para la mortalidad. La investigación proporciona una comprensión detallada de cómo esta enfermedad afecta, de manera distinta, a los adultos jóvenes. Adicionalmente, la investigación analizó el comportamiento de distintos tipos de cáncer a través del tiempo.
Utilizando datos del Registro Nacional de Tumores del Ministerio de Salud y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Costa Rica, la investigación determinó que la incidencia (número de casos nuevos) de cáncer en las mujeres, fue el doble, en comparación con los hombres; una diferencia que es aún más pronunciada en el grupo de edad de los 35 a 39 años.
De acuerdo con el estudio, el cáncer de tiroides, cuello de útero y mama, fueron los más comunes en las mujeres, siendo estos dos últimos, seguidos por el cáncer de estómago, los tumores que presentan mayor mortalidad para este grupo de la población. A pesar de que el cáncer de tiroides fue el más diagnosticado entre las mujeres jóvenes, su mortalidad es muy baja, ocupando el puesto 20 en términos de mortalidad, con 19 fallecimientos registrados.
En el caso de los hombres, el cáncer testicular fue el más frecuente, mientras que el de estómago y cerebro se ubicaron como la principal causa de muerte por cáncer.
El análisis demostró que, en este grupo de edad, la incidencia general de cáncer se mantuvo estable entre 2006 y 2015, excepto en mujeres jóvenes, en las que la incidencia de cáncer de tiroides aumentó significativamente en un 6.2% anual. Según los investigadores, el aumento observado probablemente se deba a la utilización de métodos diagnósticos más sensibles.
“A pesar de que este grupo representa solamente el 10% de los casos de cáncer, los hallazgos de nuestro estudio, plantean la necesidad de políticas de salud pública desde edades tempranas, especialmente las intervenciones preventivas como la vacunación contra el virus de papiloma humano en las niñas y niños, la buena alimentación, la actividad física, y la lactancia materna, que no solo reduce el riesgo de cáncer de mama en las mujeres, sino que también, ayuda a prevenir el exceso de peso en la infancia. Además, es crucial promover el no consumo de tabaco y alcohol, así como la pronta atención de síntomas en los servicios de salud”, explica la Dra. Loretto Carvajal, investigadora de ACIB-FUNIN.
“Históricamente, los esfuerzos de salud pública en cuanto a la atención del cáncer, se han centrado principalmente en el cáncer en adultos de mayor edad, lo que ha generado una falta de conocimiento y atención entre los jóvenes, respecto a los síntomas y signos de la enfermedad. Como consecuencia, los diagnósticos en este grupo de edad suelen ser tardíos, agravados por la frecuente atribución errónea de los síntomas a otras condiciones, tanto por los propios jóvenes, como por los profesionales de la salud; lo que dificulta aún más el tratamiento efectivo, en etapas avanzadas”, añade la doctora.
De acuerdo con los expertos, el estudio también subraya la importancia de la prevención del cáncer en hombres jóvenes, especialmente, del cáncer testicular, que fue el más común en este grupo. Es esencial que las políticas de salud incluyan campañas, para que los hombres jóvenes tomen conciencia de la importancia del autoexamen testicular y de buscar atención médica ante cualquier síntoma sospechoso.
Además, señalan la importancia de implementar medidas eficaces de prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer de estómago, que es el más mortal en hombres y el tercero en mujeres.
“El estudio refuerza la importancia de la investigación epidemiológica para identificar grupos de riesgo, generar hipótesis sobre las causas de las enfermedades y adaptar las intervenciones de salud pública a los diferentes grupos poblacionales. La prevención a través de la vacunación contra la hepatitis B y el virus de papiloma humano, los estilos de vida saludables y la participación en programas de tamizaje según los lineamientos institucionales, son la principal herramienta contra estas enfermedades. El Código Latinoamericano contra el Cáncer es un recurso muy útil para recordarnos lo que pueden hacer las personas para evitar desarrollar el cáncer: https://cancer-code-lac.iarc.who.int/”, explica el Dr. Rolando Herrero, director científico de ACIB-FUNIN.
Esta investigación titulada «A surveillance study of cancer incidence and mortality among young adults in Costa Rica«, se encuentra publicada en la revista The Lancet Regional Health – Americas, volumen 38.