¿CÓMO SER PARTE DE UN ESTUDIO CLÍNICO?

  1. Cumpliendo con los requisitos y aspectos de participación, específicos, de acuerdo al objetivo del estudio de investigación.  
  2. Sabiendo que la participación es completamente voluntaria.
ACIB-FUNIN
Hoy más que nunca, el mundo corre por desarrollar una vacuna que nos proteja contra el SARS-CoV-2 y es claro que es urgente, dada la magnitud de la pandemia.Varias vacunas con resultados prometedores, se mantienen en ensayos iniciales y decenas de compañías farmacéuticas disputan una competencia, por crear la solución para contener el virus, que ha provocado más de 500.000 de muertes en el mundo y ha contagiado a más de 10 millones de personas.

Este, es uno de los escenarios más catastróficos de los últimos años y, a criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia está lejos de terminarse.

En medio de esta crisis mundial, hoy es más evidente la importancia de las vacunas, pues, pese a la oposición de muchos grupos en todo el mundo, no hay duda de que son las herramientas más eficaces, seguras y económicas para la salud pública mundial y para salvar millones de vida, cada año.

Es claro que su papel ha sido trascendental para la erradicación de grandes enfermedades. Gracias a su aporte, alrededor de tres millones de vidas se salvan cada año y, pese a que, por el momento, no se ha logrado desarrollar vacunas contra algunos de los principales flagelos de la humanidad, si la comunidad científica continúa trabajando como lo ha hecho, en el futuro podríamos contar con vacunas contra la diabetes, la hipertensión, los lípidos y el Alzheimer.

A pesar del evidente beneficio que las vacunas han traído, durante los últimos años grupos opositores han manifestado su rechazo a las vacunas, por considerarlas perjudiciales para la salud, cuando en realidad, son la herramienta más eficaz para la prevención de enfermedades como tuberculosis, polio, difteria, tétanos, tosferina y sarampión, entre otras.

Hoy, todos esperamos ansiosos, la llegada de la vacuna contra el temido COVID-19, porque tenemos claro, que, sin ella, las consecuencias a cierto plazo, serían más catastróficas.

Entonces, es este el momento más oportuno para recordar que, sin la existencia de las vacunas, no podemos vivir. Sin ellas, no podríamos enfrentarnos a enfermedades graves y la esperanza de vida de toda la humanidad, se vería reducida.

Lamentablemente, el apoyo para el desarrollo de vacunas, es, a menudo, influido por razones políticas, económicas y de mercado. Actualmente, existe un sector de la población, que ha manifestado su rechazo para que sus hijos reciban vacunas, y esto obedece a falta de información, noticias falsas, mitos o creencias.

Este tipo de posturas, han sido consideradas por la OMS, como una de las 10 principales amenazas contra la Salud Pública y como no, si están generando miedo, dudas e incertidumbre, mediante el uso de información sin carácter científico.

Debo dejar claro que, como todo medicamento, las vacunas pueden producir eventos adversos, pero la mayoría son muy leves. Incluso, las reacciones graves son sumamente raras y los beneficios superan, indudablemente, los riesgos.

Por ejemplo, es 10.000 veces más probable el daño cerebral ocasionado por sarampión, que por una vacuna. Estos datos son productos de años de estudios y de la vigilancia constante de organismos nacionales e internacionales, que supervisan y garantizan la seguridad de las vacunas para la población mundial.

Por eso, como científico que ha dedicado su vida a buscar la cura y prevención de enfermedades, como el cáncer, hoy quiero hacer un llamado a la calma y al apoyo absoluto para el desarrollo de vacunas.

Todos esperamos que esta pandemia termine, pero para ello, es indispensable la llegada de una vacuna, la cual, debe priorizarse para trabajadores de la salud y grupos de riesgo. Una vez creada y aprobada, su producción masiva y distribución a las poblaciones que la requieren, será el mayor reto.

Doctor Rolando Herrero Acosta
Director Científico de la Agencia Costarricense
de Investigaciones Biomédicas

El aporte de Guanacaste en materia cultural, turística, de energías limpias y gastronómica, entre otros, es muy reconocido en el país, sin embargo, la contribución de esta provincia va mucho más allá, llegando hasta el campo de la investigación biomédica.Sí, desde Guanacaste se hace ciencia que beneficia la salud de mujeres en todo el mundo. Esta provincia ha sido, por años, un semillero de grandes investigaciones, realizadas por la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas, ACIB-FUNIN, principalmente, para la prevención del virus del papiloma humano y el cáncer de cuello uterino.

Los científicos de ACIB-FUNIN, llevan ya más de 30 años realizando investigaciones que benefician a millones de personas en todo el mundo y, en esto, Guanacaste y sus habitantes han tenido un papel trascendental.

Durante tres décadas, 24 mil guanacastecas han participado en estos estudios, contribuyendo de manera altruista, con la búsqueda de soluciones para prevenir un cáncer que, cada año, mata a más de 300 mil mujeres en todo el mundo.

Gracias a estas investigaciones, científicos costarricenses lograron corroborar hace más de 30 años, que el virus del papiloma humano (VPH), es el responsable de causar el cáncer de cuello de útero y determinaron los principales factores de riesgo asociados a la infección y a la enfermedad, además, evaluaron múltiples métodos de tamizaje.

Años más tarde, demostraron la eficacia y seguridad de la vacuna contra el VPH, y descubrieron, incluso, que una sola dosis de la vacuna podría ofrecer la misma protección contra la infección del VPH, que aplicar tres dosis.

Estos hallazgos, han sido vitales para la lucha mundial contra el cáncer de cuello de útero y es un orgullo que toda esta evidencia, se ha generado desde Costa Rica. Porque nuestro país, ha sido fundamental en la estrategia de la Organización Mundial de la Salud, para la eliminación de un cáncer que es 100% prevenible.

Gracias Guanacaste y gracias, Costa Rica, por llevar la ciencia en el ADN y por contribuir con el desarrollo del país, mediante el impulso a la salud y la investigación.


Dra. Carolina Porras Gutiérrez
Directora de Investigaciones Biomédicas de ACIB-FUNIN

Este 26 de marzo, se conmemora el Día Mundial de la Prevención del cáncer de cuello uterino o de cérvix. Una fecha que no puede pasar inadvertida, porque hablamos de una enfermedad silenciosa, que, al año, cobra la vida de 300.000 mujeres.Pero esta cifra que debería ser cero, tomando en cuenta que el cáncer de cérvix es 100% prevenible. Entonces, quizá usted se pregunte ¿por qué siguen muriendo mujeres si esta enfermedad se puede prevenir?

Pese a que se han realizado grandes esfuerzos en todo el mundo, por erradicar este tipo de cáncer, el alto nivel de contagio por el Virus del Papiloma Humano que casusa esta enfermedad y la falta de una cultura de prevención, a través de periódicos chequeos médicos, son los responsables de esas estadísticas.

Lamentablemente, el 80 por ciento de las muertes ocurre en los países de ingresos bajos y medios. Esta realidad nos exige mayores acciones, pero no solo a las autoridades de cada país, sino también a nosotros mismos. Debemos tener claro que la mejor forma de prevenir el cáncer de cérvix, es la vacunación contra el Virus del Papiloma Humano, que está presente en más del 80% de la población.

Afortunadamente, en Costa Rica ya hay grandes avances en esta materia y desde el 2019, las niñas de 10 años reciben dos dosis de la vacuna contra este virus, además, desde la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas, hemos realizado grandes esfuerzos por seguir luchando contra el cáncer de cérvix.

Es así como ya hemos vacunado a 20 mil mujeres jóvenes y adolescentes contra el Virus del Papiloma Humano, como parte del estudio “ESCUDDO”, con el que buscamos demostrar la eficacia de una sola dosis de la vacuna. Se trata de una población femenina que ya está protegida y que, por su rango de edad, no está contemplada dentro de la vacunación que realizan nuestras autoridades de salud.

A través de la investigación Biomédica seguimos impactando positivamente a la salud pública de nuestro país y del mundo entero. Por eso, Costa Rica, mantengamos esa lucha contra el cáncer de cérvix, vamos por buen camino, pero falta más; nuestras mujeres nos lo agradecerán. Luchemos por lograr una generación libre de cáncer de cuello uterino.

Doctora Carolina Porras
Directora de la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas

A propósito del Dia Internacional de la Mujer Trabajadora, es necesario la discusión de un serio problema de salud pública, que requiere mayores esfuerzos de nuestro sistema de salud, para reducir su impacto en las familias costarricenses.El cáncer de cuello uterino, sigue matando a nuestras mujeres, pese a ser 100% prevenible. Como país, por varias décadas hemos trabajado en su prevención, detección y tratamiento, pero aún falta mucho por hacer y es momento de fortalecer las acciones e implementar nuevas políticas, que nos lleven a la eliminación de esta enfermedad.

El cáncer de cuello del útero, es una de las enfermedades que matan a más mujeres; es responsable de cerca de 1000 fallecimientos cada día, alrededor del mundo. Se trata de un cáncer que afecta en forma predominante a mujeres sin acceso a servicios de salud adecuados, relativamente jóvenes, madres de varios hijos e hijas, y a menudo, jefas de hogar o inmigrantes. El 90% de los casos ocurre en países, regiones y grupos humanos de menores recursos.

Este cáncer se origina en una infección de transmisión sexual, causada por el virus de papiloma humano (VPH), que la mayoría de los hombres y mujeres adquiere cerca del inicio de las relaciones sexuales. La infección desaparece por sí sola en la mayoría de los casos, pero a veces persiste y se convierte en lesiones precancerosas que, con el tiempo pueden llevar al cáncer. Durante varios años, la infección y lesiones asociadas son detectables con pruebas como la citología o Papanicolau, y generalmente, son curables con un tratamiento relativamente sencillo.

Los programas de tamizaje con citología, han logrado reducir la carga de esta enfermedad y en Costa Rica se han logrado avances importantes, con reducción significativa de la mortalidad en los últimos 20 años. Sin embargo, la incidencia y mortalidad por este cáncer, son todavía inaceptables y siguen falleciendo más de 120 mujeres cada año.

Todavía nos falta por hacer en el área de la detección temprana, porque seguimos utilizando la citología como método principal de tamizaje, pese a que la Organización Mundial de la Salud, basada en amplia evidencia, recomienda cambiar el método de tamizaje por la prueba de detección del virus de VPH en mayores de 30 años, que es más certera que la citología, ya que permite reducir la frecuencia de los exámenes y puede ser hecha por la misma mujer (autotoma).

Por otro lado, las actividades de detección y tratamiento requieren un amplio nivel de organización, control de calidad y sistemas de información que están pendientes por desarrollarse en nuestro país, para alcanzar las metas internacionales y reducir el sufrimiento de las familias afectadas.

El fortalecimiento institucional y específicamente de los programas de salud reproductiva, así como la continuación de los esfuerzos en educación sexual, basada en evidencia científica, son parte esencial de esta propuesta.

Costa Rica tiene una gran oportunidad de convertirse en uno de los primeros países en lograr la eliminación del cáncer de cérvix, considerando las fortalezas de nuestro sistema de salud pública, como la posibilidad de tomar medidas centralizadas y su amplia cobertura. Afortunadamente, desde el 2019 se introdujo en nuestras escuelas y centros de salud, la vacunación de todas las niñas de 10 años contra el VPH, con excelente cobertura.

En este día de la mujer, uno de los mejores homenajes y muestras de solidaridad con su lucha cotidiana, es la toma de las medidas institucionales y comunitarias necesarias, para lograr la eliminación de una enfermedad que ejemplifica, como pocas, la condición desfavorable de la mujer en nuestra sociedad.

 

Dr. Rolando Herrero

Director Científico de ACIB-FUNIN

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