¿CÓMO SER PARTE DE UN ESTUDIO CLÍNICO?

  1. Cumpliendo con los requisitos y aspectos de participación, específicos, de acuerdo al objetivo del estudio de investigación.  
  2. Sabiendo que la participación es completamente voluntaria.
ACIB-FUNIN
  • Cáncer de cuello de útero y de mama, son las principales causas de muerte en mujeres de entre los 20 y 39 años.

 

San José, octubre de 2024. Un estudio realizado por la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas (ACIB-FUNIN), en colaboración con el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, analizó detalladamente la incidencia y mortalidad por cáncer en el país, en mujeres y hombres adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 20 y 39 años.

La Dra. Loretto Carvajal, investigadora de ACIB-FUNIN, lideró un análisis exhaustivo sobre los 20 cánceres más comunes en adultos jóvenes de Costa Rica, abarcando los años de 2006 a 2015 para la incidencia, y de 2000 a 2021 para la mortalidad. La investigación proporciona una comprensión detallada de cómo esta enfermedad afecta, de manera distinta, a los adultos jóvenes. Adicionalmente, la investigación analizó el comportamiento de distintos tipos de cáncer a través del tiempo.

Utilizando datos del Registro Nacional de Tumores del Ministerio de Salud y del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Costa Rica, la investigación determinó que la incidencia (número de casos nuevos) de cáncer en las mujeres, fue el doble, en comparación con los hombres; una diferencia que es aún más pronunciada en el grupo de edad de los 35 a 39 años.

De acuerdo con el estudio, el cáncer de tiroides, cuello de útero y mama, fueron los más comunes en las mujeres, siendo estos dos últimos, seguidos por el cáncer de estómago, los tumores que presentan mayor mortalidad para este grupo de la población. A pesar de que el cáncer de tiroides fue el más diagnosticado entre las mujeres jóvenes, su mortalidad es muy baja, ocupando el puesto 20 en términos de mortalidad, con 19 fallecimientos registrados.

En el caso de los hombres, el cáncer testicular fue el más frecuente, mientras que el de estómago y cerebro se ubicaron como la principal causa de muerte por cáncer.

El análisis demostró que, en este grupo de edad, la incidencia general de cáncer se mantuvo estable entre 2006 y 2015, excepto en mujeres jóvenes, en las que la incidencia de cáncer de tiroides aumentó significativamente en un 6.2% anual. Según los investigadores, el aumento observado probablemente se deba a la utilización de métodos diagnósticos más sensibles.

“A pesar de que este grupo representa solamente el 10% de los casos de cáncer, los hallazgos de nuestro estudio, plantean la necesidad de políticas de salud pública desde edades tempranas, especialmente las intervenciones preventivas como la vacunación contra el virus de papiloma humano en las niñas y niños, la buena alimentación, la actividad física, y la lactancia materna, que no solo reduce el riesgo de cáncer de mama en las mujeres, sino que también, ayuda a prevenir el exceso de peso en la infancia. Además, es crucial promover el no consumo de tabaco y alcohol, así como la pronta atención de síntomas en los servicios de salud”, explica la Dra. Loretto Carvajal, investigadora de ACIB-FUNIN.

“Históricamente, los esfuerzos de salud pública en cuanto a la atención del cáncer, se han centrado principalmente en el cáncer en adultos de mayor edad, lo que ha generado una falta de conocimiento y atención entre los jóvenes, respecto a los síntomas y signos de la enfermedad. Como consecuencia, los diagnósticos en este grupo de edad suelen ser tardíos, agravados por la frecuente atribución errónea de los síntomas a otras condiciones, tanto por los propios jóvenes, como por los profesionales de la salud; lo que dificulta aún más el tratamiento efectivo, en etapas avanzadas”, añade la doctora.

De acuerdo con los expertos, el estudio también subraya la importancia de la prevención del cáncer en hombres jóvenes, especialmente, del cáncer testicular, que fue el más común en este grupo. Es esencial que las políticas de salud incluyan campañas, para que los hombres jóvenes tomen conciencia de la importancia del autoexamen testicular y de buscar atención médica ante cualquier síntoma sospechoso.

Además, señalan la importancia de implementar medidas eficaces de prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer de estómago, que es el más mortal en hombres y el tercero en mujeres.

“El estudio refuerza la importancia de la investigación epidemiológica para identificar grupos de riesgo, generar hipótesis sobre las causas de las enfermedades y adaptar las intervenciones de salud pública a los diferentes grupos poblacionales. La prevención a través de la vacunación contra la hepatitis B y el virus de papiloma humano, los estilos de vida saludables y la participación en programas de tamizaje según los lineamientos institucionales, son la principal herramienta contra estas enfermedades. El Código Latinoamericano contra el Cáncer es un recurso muy útil para recordarnos lo que pueden hacer las personas para evitar desarrollar el cáncer: https://cancer-code-lac.iarc.who.int/”, explica el Dr. Rolando Herrero, director científico de ACIB-FUNIN.

Esta investigación titulada «A surveillance study of cancer incidence and mortality among young adults in Costa Rica«, se encuentra publicada en la revista The Lancet Regional Health – Americas, volumen 38.

Gabriel Sancho Zúñiga y Keilyn Alfaro López tienen 23 años, ambos son pacientes con diagnóstico de cáncer. A los 22 años, él presentó un tumor en el mediastino, una zona del tórax que separa los dos pulmones; a ella se le detectó un tumor cerebral a los 21 años.

Link de noticia:

https://www.nacion.com/el-pais/uno-de-cada-10-casos-de-cancer-en-costa-rica-se-da/EEZBUETBXFDHHLME6KJWJQIOLA/story/

Se trata de un estudio realizado por la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas en colaboración con el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos (vea video adjunto de Telenoticias).

En él se analizó detalladamente la incidencia y mortalidad por cáncer en el país, en mujeres y hombres adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 20 y 39 años.

 

Link de noticia:

https://www.teletica.com/nacional/incidencia-de-cancer-en-mujeres-jovenes-duplica-casos-de-hombres-en-costa-rica-segun-estudio_370247

 

Un estudio realizado por la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas (ACIB-FUNIN), en colaboración con el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, analizó la incidencia y mortalidad por cáncer en el país, en mujeres y hombres adultos jóvenes, con edades entre los 20 y 39 años. La Dra. Loretto Carvajal, investigadora, lideró el estudio sobre los 20 cánceres más comunes en adultos jóvenes de Costa Rica, abarcando los años de 2006 a 2015 para la incidencia, y de 2000 a 2021 para la mortalidad.

 

Link de noticia:

https://www.crhoy.com/nacionales/estudio-revela-cuales-son-los-canceres-mas-frecuentes-en-adultos-jovenes/

El cáncer es una de las enfermedades más comunes y la segunda causa de muerte en Costa Rica. Sin embargo, esta realidad no impacta de la misma forma a todo el territorio.Para conocer de cerca las diferencias, un grupo de científicos de la Universidad de Costa Rica (UCR) y de la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas-Fundación Inciensa (ACIB-FUNIN) analizó la mortalidad de diferentes tipos de cáncer en zonas rurales y urbanas, así como en poblaciones de alto y bajo poder adquisitivo. Sus conclusiones fueron publicadas en la revista Cancer Epidemiology.

Link de noticia: https://www.nacion.com/ciencia/salud/asi-varia-el-impacto-del-cancer-en-zonas-urbanas-y/I73M4KY23FCKZCKQQSKUPU3M3I/story/

Un estudio elaborado recientemente en Costa Rica reveló hallazgos importantes sobre el comportamiento de la mortalidad por cáncer.La investigación encontró que la mortalidad por la mayoría de tipos de cáncer en el país, es menor en las zonas rurales.

Link de noticia: https://www.teletica.com/nacional/estudio-revela-que-mortalidad-por-cancer-es-mayor-en-region-urbana-de-costa-rica_365700

  • Residentes de áreas rurales tuvieron una menor mortalidad por cáncer de páncreas, pulmón, mama, próstata, riñón y vejiga.

 

San José, agosto de 2024. Un estudio elaborado recientemente en Costa Rica, dio a conocer hallazgos importantes sobre el comportamiento de la mortalidad por cáncer, según las zonas de residencia y los niveles de riqueza de los distritos del país.

La investigación desarrollada durante 2010-2018, por la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas (ACIB-FUNIN), la Universidad de Costa Rica, la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer​ y el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, encontró que la mortalidad por la mayoría de tipos de cáncer en nuestro país, es menor en las zonas rurales, en comparación con las urbanas.

Específicamente, los residentes de áreas rurales tuvieron una menor mortalidad por cáncer de páncreas, pulmón, mama, próstata, riñón y vejiga. Sin embargo, el cáncer de estómago resultó ser el más frecuente en estas zonas.

Para los expertos, que las zonas rurales tengan una menor mortalidad en la mayoría de tipos de cáncer, puede deberse a estilos de vida más tradicionales y saludables, en términos de alimentación, consumo de alcohol y tabaco.

Por su parte, en las zonas urbanas los estilos de vida varían, ya que el consumo de tabaco, alcohol y alimentos poco saludables, es más común. Esta tendencia ha sido fundamentada por diversos estudios realizados en nuestro país por diversa organizaciones, donde se ha evidenciado, por ejemplo, un importante aumento de la obesidad infantil, principalmente, en zonas urbanas.

En este trabajo se mostró que los cánceres que se relacionan con el tabaco, como el cáncer de páncreas, pulmón, riñón y vejiga, son menos frecuentes en los residentes de áreas rurales, en comparación con los residentes de áreas urbanas.

“Esto es coherente con la distribución del consumo de tabaco en Costa Rica, pues se sabe que en las áreas rurales es menor. Además, se sabe que el consumo de alcohol en el país, también está asociado con una posición socioeconómica alta, más frecuente en zonas urbanas”, explica la Dra. Cristina Barboza, investigadora de la Universidad de Costa Rica.

Por otra parte, el estudio también analizó el comportamiento del cáncer en los distritos con más y menos ingresos, y se determinó que el cáncer cervicouterino es más común en las zonas con un menor nivel económico. Mientras tanto, el cáncer colorrectal, el linfoma no Hodgkin y la leucemia, son más frecuentes en los distritos con mayor poder adquisitivo, que en los distritos con menos poder adquisitivo.

Para el doctor Rolando Herrero, director científico de ACIB-FUNIN e investigador en este estudio, “es urgente que el país fortalezca sus programas y esfuerzos de prevención del cáncer, brindando especial atención a las poblaciones en riesgo. Sabemos que muchos tipos de cáncer se relacionan con los estilos de vida, por lo que es necesario realizar un especial trabajo en las zonas urbanas. Pero, en el caso de los sectores rurales, hay tipos de cáncer que están más relacionados con factores socioeconómicos, donde existe menos posibilidades de utilizar servicios de detección temprana, por lo que es fundamental mejorar el acceso a estos programas, en todos los segmentos de la sociedad”.

De acuerdo con los investigadores, los hallazgos de este estudio brindan información valiosa para la toma de decisiones y la implementación de medidas adicionales a las ya establecidas en el país.

Además, destacan la importancia de regular las actividades económicas que exponen a los trabajadores a carcinógenos (como la exposición solar), así como implementar otras estrategias establecidas en el Código Latinoamericano Contra el Cáncer.

Hoy más que nunca, el mundo corre por desarrollar una vacuna que nos proteja contra el SARS-CoV-2 y es claro que es urgente, dada la magnitud de la pandemia.Varias vacunas con resultados prometedores, se mantienen en ensayos iniciales y decenas de compañías farmacéuticas disputan una competencia, por crear la solución para contener el virus, que ha provocado más de 500.000 de muertes en el mundo y ha contagiado a más de 10 millones de personas.

Este, es uno de los escenarios más catastróficos de los últimos años y, a criterio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pandemia está lejos de terminarse.

En medio de esta crisis mundial, hoy es más evidente la importancia de las vacunas, pues, pese a la oposición de muchos grupos en todo el mundo, no hay duda de que son las herramientas más eficaces, seguras y económicas para la salud pública mundial y para salvar millones de vida, cada año.

Es claro que su papel ha sido trascendental para la erradicación de grandes enfermedades. Gracias a su aporte, alrededor de tres millones de vidas se salvan cada año y, pese a que, por el momento, no se ha logrado desarrollar vacunas contra algunos de los principales flagelos de la humanidad, si la comunidad científica continúa trabajando como lo ha hecho, en el futuro podríamos contar con vacunas contra la diabetes, la hipertensión, los lípidos y el Alzheimer.

A pesar del evidente beneficio que las vacunas han traído, durante los últimos años grupos opositores han manifestado su rechazo a las vacunas, por considerarlas perjudiciales para la salud, cuando en realidad, son la herramienta más eficaz para la prevención de enfermedades como tuberculosis, polio, difteria, tétanos, tosferina y sarampión, entre otras.

Hoy, todos esperamos ansiosos, la llegada de la vacuna contra el temido COVID-19, porque tenemos claro, que, sin ella, las consecuencias a cierto plazo, serían más catastróficas.

Entonces, es este el momento más oportuno para recordar que, sin la existencia de las vacunas, no podemos vivir. Sin ellas, no podríamos enfrentarnos a enfermedades graves y la esperanza de vida de toda la humanidad, se vería reducida.

Lamentablemente, el apoyo para el desarrollo de vacunas, es, a menudo, influido por razones políticas, económicas y de mercado. Actualmente, existe un sector de la población, que ha manifestado su rechazo para que sus hijos reciban vacunas, y esto obedece a falta de información, noticias falsas, mitos o creencias.

Este tipo de posturas, han sido consideradas por la OMS, como una de las 10 principales amenazas contra la Salud Pública y como no, si están generando miedo, dudas e incertidumbre, mediante el uso de información sin carácter científico.

Debo dejar claro que, como todo medicamento, las vacunas pueden producir eventos adversos, pero la mayoría son muy leves. Incluso, las reacciones graves son sumamente raras y los beneficios superan, indudablemente, los riesgos.

Por ejemplo, es 10.000 veces más probable el daño cerebral ocasionado por sarampión, que por una vacuna. Estos datos son productos de años de estudios y de la vigilancia constante de organismos nacionales e internacionales, que supervisan y garantizan la seguridad de las vacunas para la población mundial.

Por eso, como científico que ha dedicado su vida a buscar la cura y prevención de enfermedades, como el cáncer, hoy quiero hacer un llamado a la calma y al apoyo absoluto para el desarrollo de vacunas.

Todos esperamos que esta pandemia termine, pero para ello, es indispensable la llegada de una vacuna, la cual, debe priorizarse para trabajadores de la salud y grupos de riesgo. Una vez creada y aprobada, su producción masiva y distribución a las poblaciones que la requieren, será el mayor reto.

Doctor Rolando Herrero Acosta
Director Científico de la Agencia Costarricense
de Investigaciones Biomédicas

El aporte de Guanacaste en materia cultural, turística, de energías limpias y gastronómica, entre otros, es muy reconocido en el país, sin embargo, la contribución de esta provincia va mucho más allá, llegando hasta el campo de la investigación biomédica.Sí, desde Guanacaste se hace ciencia que beneficia la salud de mujeres en todo el mundo. Esta provincia ha sido, por años, un semillero de grandes investigaciones, realizadas por la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas, ACIB-FUNIN, principalmente, para la prevención del virus del papiloma humano y el cáncer de cuello uterino.

Los científicos de ACIB-FUNIN, llevan ya más de 30 años realizando investigaciones que benefician a millones de personas en todo el mundo y, en esto, Guanacaste y sus habitantes han tenido un papel trascendental.

Durante tres décadas, 24 mil guanacastecas han participado en estos estudios, contribuyendo de manera altruista, con la búsqueda de soluciones para prevenir un cáncer que, cada año, mata a más de 300 mil mujeres en todo el mundo.

Gracias a estas investigaciones, científicos costarricenses lograron corroborar hace más de 30 años, que el virus del papiloma humano (VPH), es el responsable de causar el cáncer de cuello de útero y determinaron los principales factores de riesgo asociados a la infección y a la enfermedad, además, evaluaron múltiples métodos de tamizaje.

Años más tarde, demostraron la eficacia y seguridad de la vacuna contra el VPH, y descubrieron, incluso, que una sola dosis de la vacuna podría ofrecer la misma protección contra la infección del VPH, que aplicar tres dosis.

Estos hallazgos, han sido vitales para la lucha mundial contra el cáncer de cuello de útero y es un orgullo que toda esta evidencia, se ha generado desde Costa Rica. Porque nuestro país, ha sido fundamental en la estrategia de la Organización Mundial de la Salud, para la eliminación de un cáncer que es 100% prevenible.

Gracias Guanacaste y gracias, Costa Rica, por llevar la ciencia en el ADN y por contribuir con el desarrollo del país, mediante el impulso a la salud y la investigación.


Dra. Carolina Porras Gutiérrez
Directora de Investigaciones Biomédicas de ACIB-FUNIN

Este 26 de marzo, se conmemora el Día Mundial de la Prevención del cáncer de cuello uterino o de cérvix. Una fecha que no puede pasar inadvertida, porque hablamos de una enfermedad silenciosa, que, al año, cobra la vida de 300.000 mujeres.Pero esta cifra que debería ser cero, tomando en cuenta que el cáncer de cérvix es 100% prevenible. Entonces, quizá usted se pregunte ¿por qué siguen muriendo mujeres si esta enfermedad se puede prevenir?

Pese a que se han realizado grandes esfuerzos en todo el mundo, por erradicar este tipo de cáncer, el alto nivel de contagio por el Virus del Papiloma Humano que casusa esta enfermedad y la falta de una cultura de prevención, a través de periódicos chequeos médicos, son los responsables de esas estadísticas.

Lamentablemente, el 80 por ciento de las muertes ocurre en los países de ingresos bajos y medios. Esta realidad nos exige mayores acciones, pero no solo a las autoridades de cada país, sino también a nosotros mismos. Debemos tener claro que la mejor forma de prevenir el cáncer de cérvix, es la vacunación contra el Virus del Papiloma Humano, que está presente en más del 80% de la población.

Afortunadamente, en Costa Rica ya hay grandes avances en esta materia y desde el 2019, las niñas de 10 años reciben dos dosis de la vacuna contra este virus, además, desde la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas, hemos realizado grandes esfuerzos por seguir luchando contra el cáncer de cérvix.

Es así como ya hemos vacunado a 20 mil mujeres jóvenes y adolescentes contra el Virus del Papiloma Humano, como parte del estudio “ESCUDDO”, con el que buscamos demostrar la eficacia de una sola dosis de la vacuna. Se trata de una población femenina que ya está protegida y que, por su rango de edad, no está contemplada dentro de la vacunación que realizan nuestras autoridades de salud.

A través de la investigación Biomédica seguimos impactando positivamente a la salud pública de nuestro país y del mundo entero. Por eso, Costa Rica, mantengamos esa lucha contra el cáncer de cérvix, vamos por buen camino, pero falta más; nuestras mujeres nos lo agradecerán. Luchemos por lograr una generación libre de cáncer de cuello uterino.

Doctora Carolina Porras
Directora de la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas

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